Si bien la ciencia requiere de la
imparcialidad en su desarrollo, su aplicación en diferentes campos
relacionados con los seres humanos y la sociedad, impone preguntas como:
¿para qué sirve?, ¿hace bien su aplicación a los seres humanos?, ¿es
posible aceptar un mal para unos con el fin de que otros vivan mejor?,
preguntas que se sitúan en el campo del bien colectivo o la ética en la
sociedad.
En este sentido, la bioética es la
rama de la ética que se ocupa de analizar y reflexionar acerca de las
ciencias de la salud y la vida para proponer regulaciones y soluciones a
los conflictos y situaciones que competen al conjunto de la sociedad,
pero cuyas consecuencias son diferentes para el conjunto de las
personas, en tanto algunos pueden recibir un beneficio, para otros es un
perjuicio. Esto abarca tanto a la práctica médica como a los nuevos
desarrollos y tecnologías que involucran y afectan a los sistemas vivos,
como el impacto ambiental, la conservación de la biodiversidad, el
respeto a los derechos de los animales y la manipulación genética, entre
otros.
En su alcance más amplio, la bioética
plantea el establecimiento de normas y políticas públicas para regular y
resolver conflictos en la vida social, especialmente en las ciencias de
la vida.
La bioética cobró mayor relevancia
tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que exhibió los
abusos, excesos y peligros de la falta de valores morales y éticos que
dañaban y ponían en peligro la supervivencia, no sólo de la humanidad,
sino de los sistemas vivos en general.
Principios de la bioética
Los principios en los que se basa la bioética fueron establecidos en 1979 en el libro Principles of Biomedical Ethics, de Tom L. Beauchamp y James F. Childress:
No olvides leer el contenido extenso para profundizar en el estudio de este tema.
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