Introducción
Toda interpretación está determinada
por las condiciones culturales, sociales e históricas de quien investiga
y se compromete a ofrecer una interpretación que permita construir
distintas modalidades de hacer historia.
¿A partir de qué elementos históricos
describirían las circunstancias previas a las elecciones federales del
año 2000 en México, que permitieran iniciar un proceso de investigación
para comprender su importancia en la actualidad?
Otra vertiente de la interpretación
del hecho histórico es la objetividad y la subjetividad. ¿Existe el
hecho histórico objetivo? o ¿toda explicación siempre pasa por una
interpretación mediada ideológicamente?
A continuación te presentamos un
fragmento de Jenaro Reynoso sobre las formas de hacer historia, el texto
completo se encuentra en el siguiente sitio:
http://www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/mexico/florescano.htmReseña
Las formas de hacer historia
Es claro
entonces que el modo como los hombres han mirado hacia atrás para
construir una memoria ha variado a través del tiempo, en el caso de
nuestro país, señala Florescano:
Desde los
tiempos más antiguos, los pueblos que habitaron el territorio que hoy
llamamos México acudieron al recuerdo del pasado para combatir el paso
destructivo del tiempo sobre las fundaciones humanas; para tejer
solidaridades asentadas en orígenes comunes; para legitimar la posesión
de un territorio; para afirmar identidades arraigadas en tradiciones
remotas; para sancionar el poder establecido; para respaldar con el
prestigio del pasado vindicaciones del presente; para fundamentar en un
pasado compartido la aspiración de construir una nación; o para darle
sustento a proyectos disparados hacia la incertidumbre del futuro
[Florescano, 1997: 65].
El hecho de
construir un relato en torno a la unidad de la tribu, la ciudad, la
dinastía, el reino o la nación; muestra que quien elaboraba el relato o
la interpretación del pasado recibía instrucciones externas para darle
el enfoque necesario. Sin embargo, la reflexión científica acerca de la
realidad histórica comenzó con la desacralización y racionalización del
acontecer humano que hicieron los ilustrados del siglo XVIII, lo que dio
paso una nueva concepción del pasado:
Despojado de
elementos supraterrenales o metahistóricos, el acontecer humano cobró el
sentido de un acontecer real y legible, el tiempo se transformó en un
producto de la historia -de los hechos humanos- en un devenir
susceptible de ser conocido, verificado y explicado en función de
razones humanas y por medio de técnicas y conocimientos adecuados a ese
propósito [Pereyra: 1981: 107].
En relación
con la práctica de este enfoque moderno Florescano rescata tres
aportaciones teóricas; la de los positivistas que se propusieron
reconstruir el acontecer como realmente había sucedido y establecieron
al documento sometido a la crítica como la base fundamental para
lograrlo; el marxismo que realizó una renovación del método histórico
porque aplicó la teoría económica como instrumento para generar, desde
los datos concretos, un conocimiento profundo y coherente de la
totalidad histórica [Pereyra, 1981: 107]. Por último, el llamado de los
historiadores franceses para recuperar la historia total desde la mirada
de las distintas ciencias sociales, con lo que se completó el cuadro
para consensar que la investigación histórica consiste en producir
conocimientos del pasado de los hombres a través de la explicación
razonada, crítica, inteligente y comprensiva [Florescano, 1997: 84-86].
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