Introducción
La lírica es sinónimo de la poesía. A
pesar de su aparente concreción (se dice mucho con pocas palabras), la
poesía requiere de un intenso conocimiento de la significación de cada
palabra, pues ésta aumenta en función de la correcta aplicación de las
figuras retóricas y de la propia dimensión de las palabras en el
contexto de un verso.
Versos, estrofas, rima y métrica
El conocimiento de la poesía, de sus
reglas, es hoy mucho más amplio debido a la intensa experimentación
verbal, lingüística que la palabra escrita adquiere al convertirse en
voz poética, ya despojada de formatos estrictos. En esa experimentación,
la rima fue cuestionada atrozmente por cómo venía funcionando (con sus
variantes) durante varios siglos: se le veía como “camisa de fuerza” que
las vanguardias literarias juzgaron innecesaria, y en sus manifiestos dijeron estar dispuestas a demostrar las capacidades y extensiones del verso libre.
Los poemas rimados y medidos provienen desde la propia Edad Media, cuando los cantares de gesta y que dieron origen al mester de juglaría y al mester de clerecía,
se estructuraban como cánticos rimados y con sílabas simétricas. La
rima es muy importante en la historia de la poesía, a pesar del desuso e
incluso de su rechazo como estética de nuestro tiempo. Tomás Navarro
Tomás realizó un estudio exhaustivo sobre sus formas en su clásico
tratado Arte del verso.
La unidad mínima de la poesía es una palabra. Existen incluso versos
que pueden consistir de una sola palabra, pero es mucho más común
acompañarla de un modificador, que causará una resignificación a partir
de esa combinación. A esos modificadores se les llama adjetivos,
que “califican” o describen cualidades de palabras básicas, y que ya en
combinación pueden representar figuras retóricas, como la metáfora.
Sujeto y objeto líricos
El objeto lírico es aquello de lo que se está hablando. La voz que habla (sujeto lírico) puede ser otro sujeto (una enamorada, un heroe) o bien un objeto, lugar, situación, remembranza.
Figuras retóricas
El arte de la retórica consiste en
poseer técnicas expresivas, que al combinar palabras de forma no solo
adecuada, pueda ser más convincente un discurso, un poema, un texto
dramático o narrativo. Las técnicas básicas que se utilizan en la
poesía, y en general en toda la lírica son descritas por Helena
Beristáin en su Diccionario de retórica y poética.
Metáfora: Figura que afecta al
nivel léxico semántico de la lengua y que tradicionalmente solía ser
descrita como una figura de dicción o de palabra, a pesar de que siempre
involucra a más de una de ellas que se presenta como una comparación abreviada y elíptica (sin el verbo).
Comparación: Suele tener
menor dimensión retórica que la metáfora. Consiste en realzar un objeto o
fenómeno, manifestando, mediante un término comparativo, una relación
de paralelismo, homología o similitud.
Hipérbole: Exageración o
audacia retórica que consiste en subrayar lo que se dice con la clara
intención de trascender lo verosímil, de rebasarlo hasta lo increíble y
con ello crear una intención estética o emocional en el poema.
Oxímoron: Tropo que resulta de la relación sintáctica de dos antónimos.
Argumento
El argumento consiste, igual que en la
narrativa, de una breve descripción de los sucesos en un poema
anecdótico. Exclusivamente en uno de tipo anecdótico o épico, pudiera
suceder que se describa su argumento. En un poema de índole
exclusivamente lírica, es decir, de la lengua por sí misma ornamentada,
no puede deducirse fácilmente su argumento.
Contexto histórico y geográfico
Suele ser únicamente motivo de
análisis en esta categoría, aquella poesía épica, que surge de las
luchas populares, que ensalza la valentía, el arrojo, el valor y el
patriotismo de los héroes, y sobre todo, aquella que refiere a las
virtudes tanto de la patria, como de sus regiones, pueblos, villas, en
donde suelen ocurrir acciones concretas o históricas.
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