Título
El ensayo debe ser interesante desde
el propio título y subtítulo, o de lo contrario, puede no llegar a
despertar curiosidad en los lectores. El título y el subtítulo forman un
dueto importante, que sugiere o del que puede deducirse la temática, el
modo de tratarla y los aspectos que resaltarán dentro de una
estructura.
Tema
A diferencia de la novela, el tema
generalmente no se centra en las pasiones humanas, sino en las
preocupaciones éticas, estéticas, intelectuales del autor del ensayo,
sobre ciertas constantes que aparezcan en distintos niveles:
lingüístico, histórico, estético, cultural.
Hipótesis o idea directriz
Formulación planteada como un supuesto
que será o no demostrada por el autor del ensayo. No es una tesis, sino
una idea anterior a ella, cuya certidumbre se pone a prueba. Se
establece como premisa, es decir, una señal o indicio que se
toma como base para un razonamiento al abordar distintos tópicos, que
conduzcan al ensayista hacia conclusiones reveladoras para sus lectores e
incluso para sí mismo.
Contexto histórico y geográfico
La dimensión espacio-temporal en la
literatura y en el ensayo en particular, sitúa la obra de manera clara y
la convierte en una experiencia verosímil y convincente para el lector,
quien así puede establecer sus propias conclusiones, o identificarse
con el ensayista mientras realiza la lectura.
Uso del lenguaje
A pesar de que suele presentarse en el
ensayista experimentado una utilización del lenguaje con tintes
eruditos, es preciso que sin importar qué tan ornamentado sea el
discurso ensayístico, éste tenga principios claros de formulación
gramatical, puntuación, y por supuesto, ortografía y sintaxis.
Recurrentemente, el ensayista utiliza
una amplia gama de vocablos para su disertación. Su conocimiento del
lenguaje debe proveerle, sin embargo, de la habilidad para no generar
confusión en el peso específico de cada palabra, cada frase y oración,
no como si se estuviese hablando, sino como si hubiera que convencer al
lector de las directrices que guían el ensayo. De la identificación del
lector con las líneas argumentales para esa labor de convencimiento, así
como del despliegue de un estilo propio por parte del ensayista,
depende “atrapar” en la lectura.
Como ejemplo se cita el ensayo Género y humor: la ironía y el relajo femenino en la búsqueda del sentido libertario, de Consuelo Patricia Martínez Lozano, en el que utiliza un epígrafe que forma parte de Mujer que sabe latín, de Rosario Castellanos.
Una vez que se han analizado los
elementos para crear un Ensayo, es importante conocer la manera en que
se puede usar materiales que otras personas han creado, de tal forma que
se respeten los derechos de autor, y cómo ordenar la información para
emplearla en la creación de escritos.
Última modificación: lunes, 12 de octubre de 2015, 12:00
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