lunes, 16 de enero de 2017

El impacto de la tecnología en la sociedad


Introducción

Es difícil imaginar la vida sin celular o sin internet. Eso sucede con la tecnología: se integra de tal manera a las relaciones sociales que parece que no está allí. Por eso es difícil saber qué modificaciones produce en las relaciones sociales.

Si podemos afirmar que en la Revolución Industrial la mecanización de la producción provocó cambios económicos que derivaron en modificaciones demográficas, entonces mostrar el impacto en las costumbres y hábitos de los individuos es más complejo.

El fuego, que parece una cosa muy fácil de obtener, en algún momento de la Historia de la humanidad su uso y producción se trataba de una técnica muy compleja.

Algunas formas en que las máquinas y herramientas han modificado el entorno

  • Cubrir necesidades vitales: armas para protección personal, alimentación, vestimenta, vivienda, entre otras.

  • Satisfacer las estructuras de estatus social y de poder –como en la elaboración de objetos lujosos–.

  • Persuadir y dominar a las personas mediante aparatos, imágenes o la palabra.

  • Obtener placer y goce estético –como en el arte o el deporte-.

Tres grandes inventos que modificaron la acción humana

  • La lectura y escritura: Son una técnica que hoy casi todo el mundo domina, pero hubo épocas y sociedades, como en el Egipto de los Faraones, en que sólo podía ser usada por grupos sociales pequeños de escribas que llevaban la contabilidad de la riqueza y guardaban la historia de los poderosos. La escritura y lectura eran tecnología de uso exclusivo de quienes dominaban políticamente una sociedad, impedían que el resto de ella pudiera revisar documentos importantes.

  • La imprenta: Fue inventada en el siglo XV, por el orfebre alemán Johannes Gutenberg, los textos escritos pudieron producirse y distribuirse en mayor cantidad. Antes de ella, los libros se copiaban a mano por los amanuenses o escribanos, en la Edad Media. Con la imprenta fue posible hacer más copias de un escrito, y más gente comenzó a escribir y leer. En el siglo XVIII aparece la lectura por diversión y las personas en Europa traían siempre pequeños libros a todas partes. Como todo mundo ya sabía escribir y leer, podían dar su opinión sobre política, formas de vida y economía. 

Asombrosos autómatas

Muchos de los primeros usos de lo que hoy llamamos tecnología fueron diversiones y atracciones de feria que buscaban sorprender y asombrar. Inventores antiguos, como Herón de Alejandría, Pierre Jaquet-Droz o Friedrich von Knauss, dedicaban su ingenio a crear autómatas (mecanismos que simulan ser seres humanos) para maravillar a un público. Había autómatas que escribían, tocaban campanas, abrían puertas o jugaban ajedrez. No usaban la tecnología para modificar las cosas o para aumentar la productividad, sino para fascinar la imaginación de las personas.

Incertidumbre sobre los efectos de la tecnología

Siempre que aparece una nueva tecnología, aparece un recelo colectivo a que sus efectos sean nefastos para la humanidad. En el siglo XVIII se temía que quienes leyeran muchas novelas de ficción pudieran perder de vista la realidad y vivir en un mundo de fantasía. Miedos semejantes se han expresado con la televisión y recientemente con internet. Estos miedos expresan la idea de que las tecnologías modifican nuestras capacidades intelectuales o sociales hasta el punto de perder lo que se ha logrado en la evolución humana.
Lo que se busca es prevenir sobre su mal uso. Desde la bomba atómica, pasando por los accidentes en plantas nucleares y el exterminio de especies animales, hasta la experimentación en cuerpos vivos, esos discursos tienen algo de razón sobre los usos de la tecnología.
 

Capitalismo cognitivo o informacional

Así como las tecnologías de vapor y la mecanización del trabajo trajeron la fábrica y la empresa capitalistas, la tecnología digital llega aparejada con un cambio en las formas de trabajo y producción de riqueza social. Se dice que la mayoría de los trabajadores de los países occidentales no están involucrados en fábricas, sino que se convirtieron en trabajadores cognitivos o de servicios. Se ha llamado capitalismo cognitivo o informacional a esta forma de economía fundada en el trabajo digital.
En esta forma de trabajo no se busca producir un objeto, sino una relación o una experiencia. Empresas que usan tecnología digital como Apple o Facebook no venden mercancías en serie, como una televisión hecha por la marca Samsung, sino que ofrecen una forma de pasar el tiempo y de vivir.
Te sugerimos consultar el material en extenso para conocer más acerca de este tema.
 



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