lunes, 13 de junio de 2016

Condiciones históricas

Introducción

Toda interpretación está determinada por las condiciones culturales, sociales e históricas de quien investiga y se compromete a ofrecer una interpretación que permita construir distintas modalidades de hacer historia.
¿A partir de qué elementos históricos describirían las circunstancias previas a las elecciones federales del año 2000 en México, que permitieran iniciar un proceso de investigación para comprender su importancia en la actualidad?
Otra vertiente de la interpretación del hecho histórico es la objetividad y la subjetividad. ¿Existe el hecho histórico objetivo? o ¿toda explicación siempre pasa por una interpretación mediada ideológicamente?
A continuación te presentamos un fragmento de Jenaro Reynoso sobre las formas de hacer historia, el texto completo se encuentra en el siguiente sitio:
http://www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/mexico/florescano.htm

Reseña

Las formas de hacer historia
Es claro entonces que el modo como los hombres han mirado hacia atrás para construir una memoria ha variado a través del tiempo, en el caso de nuestro país, señala Florescano:
Desde los tiempos más antiguos, los pueblos que habitaron el territorio que hoy llamamos México acudieron al recuerdo del pasado para combatir el paso destructivo del tiempo sobre las fundaciones humanas; para tejer solidaridades asentadas en orígenes comunes; para legitimar la posesión de un territorio; para afirmar identidades arraigadas en tradiciones remotas; para sancionar el poder establecido; para respaldar con el prestigio del pasado vindicaciones del presente; para fundamentar en un pasado compartido la aspiración de construir una nación; o para darle sustento a proyectos disparados hacia la incertidumbre del futuro [Florescano, 1997: 65].
El hecho de construir un relato en torno a la unidad de la tribu, la ciudad, la dinastía, el reino o la nación; muestra que quien elaboraba el relato o la interpretación del pasado recibía instrucciones externas para darle el enfoque necesario. Sin embargo, la reflexión científica acerca de la realidad histórica comenzó con la desacralización y racionalización del acontecer humano que hicieron los ilustrados del siglo XVIII, lo que dio paso una nueva concepción del pasado:
Despojado de elementos supraterrenales o metahistóricos, el acontecer humano cobró el sentido de un acontecer real y legible, el tiempo se transformó en un producto de la historia -de los hechos humanos- en un devenir susceptible de ser conocido, verificado y explicado en función de razones humanas y por medio de técnicas y conocimientos adecuados a ese propósito [Pereyra: 1981: 107].
En relación con la práctica de este enfoque moderno Florescano rescata tres aportaciones teóricas; la de los positivistas que se propusieron reconstruir el acontecer como realmente había sucedido y establecieron al documento sometido a la crítica como la base fundamental para lograrlo; el marxismo que realizó una renovación del método histórico porque aplicó la teoría económica como instrumento para generar, desde los datos concretos, un conocimiento profundo y coherente de la totalidad histórica [Pereyra, 1981: 107]. Por último, el llamado de los historiadores franceses para recuperar la historia total desde la mirada de las distintas ciencias sociales, con lo que se completó el cuadro para consensar que la investigación histórica consiste en producir conocimientos del pasado de los hombres a través de la explicación razonada, crítica, inteligente y comprensiva [Florescano, 1997: 84-86].

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